sábado, 1 de septiembre de 2012

Alegoria pura..

Sagrado Decreto de la Santisima Trinidad

En la trasera del paso, sobre trono de nubes, se ven las tres Personas que forman la Santísima Trinidad.El Padre, en gesto amoroso, decreta la entrega de su Hijo para que mediante su sacrificio en la Cruz y su Resurrección Gloriosa, la Humanidad sea redimida. Su mano izquierda, sobre el pecho, en gesto paternal y dolorido. Su mano diestra señala el mundo, destino de su Tarea Redentora, que a los Pies de la Deidad Trina y Una aparece.

Cristo, soporta sobre su hombro izquierdo una Cruz arbórea de amplias proporciones, cuyo extremo inferior descansa sobre el Mundo. El Espíritu Santo, Divina Paloma, se yergue con las alas desplegadas a modo de amparo y protección de la humanidad. Los tres haces de rayos que de Ella parten, uno por cada persona de la Divinidad, representan la unidad de Dios y la Trinidad de Personas.

Al lado del Hijo se representa la Sinagoga, bajo la apariencia de mujer madura dormida, que en postura genuflexa junto a los Pies de Cristo, descansando su cabeza sobre su brazo izquierdo, recibe la Sangre derramada en su Pasión y Muerte, denotando así el estado de sombras y sueños de la sinagoga, de la que despertará como la Iglesia de Cristo que triunfa y se expande por la faz de la tierra.

Tras la Santísima Trinidad, al lateral izquierdo de la imagen de Dios Padre, y tras Él, está la efigie representativa de la Fe, mujer joven y dinámica, para que de esa manera se manifieste que nuestra Fe no es fría, distante ni obsoleta, sino que al contrario, es fundamental y necesaria. Sus ojos levemente vendados, porque la Fe no es ciega, sino que hay que razonarla, reflexionar y ahondar en ella, se dirige abiertamente al pueblo, mirando hacia el exterior del paso, mostrando y remitiendo a todos al señalar con su mano izquierda, el momento trascendental que se representa como fundamento de nuestras creencias.

En el frente, en primer lugar y en su lateral derecho, el Arcángel San Miguel, hiere con una lanza al pecado, representado por la serpiente bíblica, como alegoría a la exclusión del mal y su inaccesibilidad a cuanto rodea a la Divinidad Redentora.Tras él, los cuatro Padres de la Iglesia Latina, que fueron los que la ilustraron acerca de los misterios de nuestra redención: San Gregorio, San Ambrosio, San Agustín y San Jerónimo. Entre ellos, figura un pequeño ángel que simboliza el Amor Divino y lanza su dardo al costado de Cristo.En la parte posterior, y sobre la nube en la que se asienta los Tronos de la Deidad Trina, aparecen dos querubes en actitud de alabanza a Dios y en sus manos, en ademán de exaltación de los símbolos, uno porta una palma, por el sacrificio de las persecuciones a la que la Iglesia se ha visto sometida a lo largo de la historia y, el otro, como complemento, una Cruz como representación de su triunfo sobre la tierra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario