*Todo lo comentado en éste artículo es una opinión personal del autor, sin datos que demuestren la veracidad de estas palabras más allá de su libre pensamiento*
Si existe una figura dentro del mundo cofrade a la que respeto muchísimo esa es sin duda la figura del capataz. Mezcla autoridad con cercanía, respeto con familiaridad. Pero sobre todo implica por su parte una gran responsabilidad. Una gran responsabilidad por tener a un número de hombres a su cargo y por supuesto tener en tus manos el sentimiento de una hermandad entera.
Un capataz debe ser humilde y
trabajador. También debe velar por la seguridad de sus hombres y por supuesto
crear ambiente entre ellos. Además de hacerse respetar a base de argumentos y
detalles con la cuadrilla, no a base imposiciones y de chulerías. Un capataz
nunca amenaza con llevarse a sus hombres a otro sitio si no se le da lo que
pide y menos todavía, en el caso de que este capataz fuera cesado, no trataría
de dificultar la labor de su sustituto. Un capataz nunca debe perder ni las
formas ni el respeto hacia las hermandades, ya que el verdadero papel
protagonista lo tienen las imágenes que van arriba, no él. En resumen, un
capataz será siempre lo que su cuadrilla quiera que sea. Y ahí está la
verdadera grandeza del capataz. Pero como todo en la vida, siempre hay
excepciones y sólo el tiempo demuestra que esa palabra (grandeza) aún está
lejana para ellos.
Para mí, la grandeza no es llegar
a una hermandad como Julio César entrando en Roma victorioso. Para mí la grandeza,
es que, cuando escuchen tu nombre, las personas opinen bien sobre ti y quieran
trabajar contigo. Para mí la grandeza, es ver como reconocen tu trabajo en
forma de proposiciones por parte de las hermandades, no provocando que a cada
sitio que vayas, acabes teniendo problemas con las dichas. La grandeza se
refleja en la ilusión de los hombres por trabajar contigo, no en sus ganas de
que te vayas.
Esos detalles que he mencionado
son los que evalúan al capataz, son los que demuestran si el capataz es válido
o no para esto. Pero incluso hasta los mejores pueden cometer errores una vez.
Sin embargo, cuando ya cometes estos mismos errores más de una vez y con
distintas personas, la cosa cambia.
En fin, yo pongo las íes y
ustedes los puntos. Yo cuento la historia y ustedes ponen los nombres a los
protagonistas. Mientras tanto, el tiempo pasa y sólo nosotros somos los que
estamos capacitados para evitar que lo que ha ocurrido recientemente, vuelva a
suceder.
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